El fracaso de la cobertura sanitaria universal (CSU): una meta que se escapa
Resumen
La cobertura sanitaria universal garantiza que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad, cuando y donde los necesiten, sin enfrentar dificultades económicas. Este concepto abarca un amplio espectro de servicios esenciales, incluyendo la promoción de la salud, la prevención de enfermedades, el tratamiento, la rehabilitación y los cuidados paliativos a lo largo de toda la vida (1). Esta garantía refiere a evitar que las personas tengan que cubrir los costos de los servicios de salud con recursos propios y así reducir el riesgo de que caigan en la pobreza debido a gastos inesperados. Así, se previene que tengan que usar sus ahorros, vender bienes o endeudarse, lo cual podría afectar tanto su futuro como el de sus familias.
Para lograr un objetivo de esta envergadura, es fundamental, por un lado, adecuar el gasto público en salud a dicha meta y, por otro, contar con un equipo de profesionales de la salud capacitados, distribuidos equitativamente, que trabajen en condiciones adecuadas, con acceso a insumos de calidad y el apoyo necesario en todos los niveles del sistema. Alcanzar la cobertura sanitaria universal es uno de los objetivos establecidos por las naciones en 2015 como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030. Así como vamos, no lo estaríamos logrando...
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