¿ES LA IRISINA UN INDICADOR TEMPRANO DE DIABETES
MELLITUS?
IS IRISIN AN EARLY INDICATOR
OF DIABETES MELLITUS?
María
Celeste Gregori 0009-0002-9467-4868,1
José A. Pizzorno 0009-0007-1651-0952,2
María José Pizzorno Villalba 0009-0007-1055-36363
1 Médica egresada de la
Facultad de Medicina, Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)
2 Profesor
Titular, Cátedra de Fisiología Humana I, Carrera de Medicina. Profesor Titular
de Anatomía y Fisiología Patológicas (Semiotecnia y Fisiopatología), carrera de
Medicina.
3 Jefe de Trabajos Prácticos (JTP) de Anatomía y
Fisiología Patológicas (Semiotecnia y Fisiopatología), carrera de Medicina,
Facultad de Medicina, Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).
AUTORA
PARA CORRESPONDENCIA
Celeste Gregori. M. Moreno 1240, Corrientes
(capital), provincia de Corrientes, Argentina. Correo electrónico: celestegregori97@gmail.com
Los autores manifiestan no poseer conflictos de
intereses.
Resumen
La irisina es una hormona polipeptídica
secretada por el músculo que activa la función termogénica en los tejidos
adiposos. Su pardeamiento genera efectos que pueden afectar la homeostasis de
la glucosa. Se realizó una revisión bibliográfica de estudios donde se midieron
los niveles de irisina en sangre por ELISA en pacientes con prediabetes,
diabetes mellitus u obesidad. Los términos clave fueron: “(irisin) AND
(diabetes)”. La búsqueda se realizó en Pubmed, Lilacs y Epistemonikos. Se
incluyeron 21 artículos. Los resultados obtenidos son dispares. No existe un
valor de referencia de irisina estadificado como normal. Los datos de las
investigaciones no se pudieron comparar entre sí. En los diabéticos tipo 2, el
80% obtuvo valores bajos en comparación con la población sana. No se consideran
relevantes las conclusiones de los demás grupos. No es posible considerar esta
hormona como predictora de diabetes. Se necesitan más estudios para evaluar
esta función.
Palabras clave. irisina, músculo esquelético,
prediabetes, diabetes, obesidad.
Abstract
Irisin is a polypeptide hormone secreted by the
muscle that activates the thermogenic function in adipose tissues, generating
browning effects, which can affect glucose homeostasis. A bibliogra-
phical review of studies was carried out where irisin levels in blood were
measured by ELISA in patients with prediabetes, diabetes mellitus, or obesity.
The key terms used in the search were “(irisin) AND (diabetes)”. In: Pubmed,
Lilacs, and Epistemonikos. 21 articles were included. The results obtained are
disparate. There is no reference value for irisin staged as normal. The data
from the investigations could not be compared with each other. In type 2
diabetes patients, 80% obtained low values compared to the healthy population.
The conclusions of the other groups are not considered relevant. It is not
possible to consider this hormone a predictor of diabetes. Further studies are
needed to evaluate this function.
Key words. Irisin,
skeletal muscle, prediabetes, diabetes, obesity.
Introducción
En
la Argentina, según datos de la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo
de 2018, anualmente se registran alrededor de 9000 muertes vinculadas a
diabetes mellitus (DM) y el 72,4% de las mismas ocurren entre los 55 y los 84
años. La prevalencia de glucemia elevada o diabetes por autorreporte en la
población adulta es de 12,7% (1). Este aumento
significativo en relación con los años anteriores está en consonancia con el
marcado crecimiento del exceso de peso, uno de los principales factores de
riesgo para DM y que hoy alcanza al 61,6% de la población (2).
Varios
investigadores han intentado describir las diferentes vías sobre cómo se
relaciona la obesidad con la DM. En 2012, Boström y colaboradores (3) descubrieron una nueva mioquina, la irisina, una hormona
polipeptídica secretada por el músculo a la sangre que activa la función
termogénica en los tejidos adiposos, lo que genera efectos en el pardeamiento
de ciertos tejidos adiposos blancos (TAB). Se forma como producto de la
fibronectina tipo III teniendo en su dominio la proteína 5 (FNDC5), y es
inducida por el receptor activado por proliferador de peroxisomas γ (PPARγ) y
el coactivador transcripcional 1 a (PGC-1α) en el músculo esquelético (4). Esta pasa a la circulación y actúa sobre los preadipocitos
específicos dentro del TAB (que responderían a estímulos para UCP1, a
diferencia de los que quedan blancos, sin posibilidad de responder), modifica
su desarrollo y pardiza las células al activar la programación celular para
desarrollar su capacidad termogénica (5).
Distintos
estudios han mostrado que los cambios en la actividad del tejido adiposo pardo
(TAP) pueden afectar la termogénesis y la homeostasis de la glucosa (4). El adipocito, el tejido adiposo y las grasas circulantes cumplen un
papel trascendente en la maquinaria metabólica, y es notable cómo la disfunción
adipocitaria influye sobre el resto de los órganos, principalmente los del
“triunvirato de DeFronzo: músculo, hígado y célula beta” (5).
En
2013 Liu y colaboradores (6) reportaron que las
concentraciones plasmáticas de irisina son significativamente menores en los
diabéticos tipo 2, y una relación positiva entre las concentraciones de irisina
y el índice de masa corporal (IMC), la pérdida de peso y la sensibilidad a la
insulina, lo cual sugiere que la irisina puede jugar un papel crucial en la
intolerancia a la glucosa y la DM tipo 2. Este fue el primer estudio realizado
donde se cuestionó que esta hormona podría tener un papel predictor de DM. Dado
que estamos hablando de una hormona recientemente descubierta, cuya relevancia
en el metabolismo aún se encuentra en estudio, nos pusimos como meta realizar
una revisión bibliográfica de estudios donde se midieron los niveles de irisina
en sangre en pacientes con prediabetes, DM u obesidad. El fin fue identificar
si existe una alteración de las concentraciones plasmáticas de la misma, y si
esta puede servir como predictor para el diagnóstico temprano o la prevención
de DM.
Materiales y métodos de estudio
Estrategia
de búsqueda:
Se
realizó una búsqueda exhaustiva utilizando como términos clave “(irisin) AND
(diabetes)”. Se pesquisó en las siguientes fuentes de base de datos: Pubmed,
Lilacs y Epistemonikos. No se realizó ninguna restricción de idioma ni de
población. La búsqueda fue realizada entre el 13 y el 20 de junio de 2021,
inclusive.
Selección
de estudios:
Se
realizó un análisis inicial evaluando título y resumen de acuerdo con nuestros
criterios. Se incluyó todo estudio que contuviera evaluación de la
concentración de irisina en sangre por la técnica de laboratorio ELISA en
pacientes con prediabetes, diabetes tipo 1 y 2, y obesidad, ya que esta última
condición es un factor de riesgo de DM. Para el diagnóstico de dichas
enfermedades se consideraron los criterios de la OMS.
Todos
los estudios mencionan la aceptación del comité de ética de referencia. Se
excluyeron todas las investigaciones que abarcaban DM gestacional y en donde la
medición se realizó con el fin de valorar riesgos cardiovasculares.
La
información se tomó mediante s de extracción de datos para recabar las
características del estudio (tabla 1). Dentro de la información obtenida,
evaluamos los valores de irisina séricos de cada población estudiada, y se
confeccionó otra tabla de resumen de datos (tabla 2).
TABLA 1.
CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTUDIOS INCLUIDOS |
||||||||||||||||||
Autor |
Año |
País |
Tipo de estudio |
Edad |
Criterios de inclusión |
Tamaño de la muestra |
No
DBT/ pre-DBT / DBT1 / DBT2 |
Método |
Resultado |
|||||||||
Li et al.
(7) |
2017 |
China |
Cohorte prospectivo |
37-64 años |
Sanos y DBT2 sin medicación previa y sin comorbilidades. |
462 |
DBT2 |
ELISA |
Valores bajos de irisina en pacientes con DBT2. |
|||||||||
Akour et
al. (8) |
2017 |
Jordania |
Cohorte prospectivo |
>18 años |
Pacientes obesos sanos y con pre-DBT y DBT2 sin
tratamiento ni comorbilidades. |
195 |
Pre-DBT y DBT2 |
ELISA |
Valores bajos de irisina en pre-DBT y DBT2. |
|||||||||
Akgul et
al. (9) |
2019 |
Turquía |
Cohorte prospectivo |
26-55 años |
Sanos y DBT2 sin tratamiento previo y sin otras
patologías. |
90 |
DBT2 |
ELISA |
Valores séricos más bajos en la DBT2. |
|||||||||
Ehdaa et
al. (10) |
2020 |
Arabia Saudita |
Cohorte prospectivo |
40-80 años |
Sanos y diabéticos, con o sin alteraciones
macrovasculares. |
138 |
DBT2 |
ELISA |
Valores séricos bajos en pacientes con DBT2. |
|||||||||
Ebert et
al. (11) |
2016 |
Alemania |
Cohorte retrospectivo y prospectivo |
34-60 años |
Provenientes de la población autónoma de los sorbos. |
136 |
No DBT, pre-DBT y DBT2 |
ELISA En ayunas y luego de PTGO 75 g |
Valores bajos en pre-DBT, más que en la DBT2, en relación
con la población sana. Disminuye en la PTOG en todos los casos. |
|||||||||
Fukushima
et al. (12) |
2016 |
Japón |
Cohorte prospectivo |
31-59 años |
Obesidad no tratada y sin medicación previa. |
66 |
No DBT |
ELISA |
Correlación positiva de la irisina con HOMA-IR |
|||||||||
Ates et
al. (13) |
2017 |
Turquía |
Cohorte prospectivo |
20-38 años |
Sanos y con DBT1 sedentarios y sin otras patologías. |
71 |
No DBT Y DBT1 |
ELISA |
Niveles altos en pacientes con DBT1. |
|||||||||
Padilha Bonfante
et al. (14) |
2017 |
Brasil |
Cohorte prospectivo |
42-52 años |
Hombres obesos sin patologías ni medicados. |
20 |
No DBT |
ELISA |
Los pacientes con bajo riesgo de DBT2 y mejor perfil metabólico tenían niveles de
irisina más altos. |
|||||||||
Belviranli
et al. (15) |
2016 |
Turquía |
Cohorte prospectivo |
18-50 años |
Mujeres sanas y con obesidad, sin otras patologías ni
medicaciones. |
20 |
No DBT |
ELISA |
Bajas en pacientes obesos. |
|||||||||
Huh et
al. (16) |
2016 |
Corea |
Cohorte prospectivo |
40-70 años |
Diabéticos no tratados y sanos que desarrollaron DBT2
durante el periodo de seguimiento. |
170 |
DBT2 |
ELISA |
Elevada en sujetos que desarrollaron DBT2 durante el seguimiento. |
|||||||||
Khidr et
al. (17) |
2017 |
Egipto |
Cohorte prospectivo |
46-51 años |
Sanos y diabéticos tipo 2. |
150 |
DBT2 |
ELISA |
Niveles séricos bajos en DBT2, más aún en pacientes con complicaciones por
DBT2. |
|||||||||
Komosinska- |
2020 |
Polonia |
Cohorte prospectivo |
47-72 años |
Sanos y diabéticos tipo 2. (medición a grupo DBT2 al
inicio y a los 6 meses de tratamiento con metformina) |
60 |
DBT2 |
ELISA |
Niveles elevados en DBT2 pre-tto y aún más luego de la
toma de metformina. |
|||||||||
Park et
al. (19) |
2020 |
Corea |
Cohorte prospectivo |
41-69 años |
Pacientes sanos, con intolerancia a la glucosa y con DBT2
sin daño renal. |
126 |
No DBT, Pre DBT y DBT2 |
ELISA |
Aumenta en pre-DBT pero disminuye en la DBT2, en relación con los sanos. |
|||||||||
Sahin-Efe et al. (20) |
2017 |
Corea |
Cohorte retrospectivo y prospectivo |
60-79 años |
Pacientes sanos, con obesidad y con diagnóstico de DBT2 |
261 |
No DBT, pre-DBT y DBT2 |
ELISA |
Niveles elevados en el grupo de obesos y de diabéticos. |
|
||||||||
Tarek et al. (21) |
2021 |
Egipto |
Cohorte prospectivo |
39-47 años |
Pacientes sin DBT y con DBT2 recién diagnosticada. |
120 |
DBT2 |
ELISA |
Niveles bajos en el grupo de DBT2. |
|
||||||||
Shanaki et al. (22) |
2017 |
Irán |
Cohorte prospectivo |
41-71 años |
Pacientes sanos, masculinos con DBT2 con o sin NAFLD, sin otra
patología ni alcoholismo. |
162 |
DBT2 |
ELISA |
Correlación negativa con el IMC, grasa visceral, HOMA-IR. Niveles
bajos en pacientes DBT2. |
|
||||||||
Shelbaya et al. (23) |
2018 |
Egipto |
Cohorte prospectivo |
20-75 años |
Diabéticos con y sin nefropatía y pacientes sanos. |
90 |
DBT2 |
ELISA |
Niveles bajos en los diabéticos, más en ND. |
|
||||||||
Tentolouris et al.
(24) |
2018 |
Grecia |
Cohorte prospectivo |
26-50 años |
Pacientes sanos y con DBT1. |
122 |
DBT1 |
ELISA |
Niveles bajos en diabéticos. |
|
||||||||
Xi et al. (25) |
2020 |
China |
Cohorte retrospectivo y
prospectivo |
52-66 años |
Pacientes recién diagnosticados con prediabetes y sanos. |
322 |
Pre-DBT |
ELISA |
Los niveles altos de irisina indican mayor riesgo a DBT2. |
|
||||||||
Xianfa et al. (26) |
2020 |
China |
Cohorte prospectivo |
62-72 años |
Pacientes con DBT2 y sanos. |
142 |
DBT2 |
ELISA |
Niveles de irisina más bajos en diabéticos. |
|
||||||||
Zhang et al. (27) |
2020 |
China |
Cohorte prospectivo |
30-50 años |
Pacientes con IMC >25, con o sin DBT2, sin medicamentos y otras
patologías; y sanos. |
740 |
No DBT y DBT2 |
ELISA |
Niveles de irisina bajos en diabéticos normopeso en relación con grupo
con >IMC. |
|
||||||||
DBT: diabetes
mellitus; DBT1: diabetes mellitus tipo 1; DBT2: diabetes mellitus tipo 2;
PTGO 75 g: prueba de tolerancia oral a la glucosa 75 g; HOMA-IR: índice de
resistencia a la insulina; HbA1C: hemoglobina glucosilada; IMC: índice de
masa corporal; NAFLD: enfermedad del hígado graso no alcohólico; ND:
nefropatía diabética. |
|
|||||||||||||||||
TABLA 2.
RESUMEN DE VALORES SÉRICOS DE IRISINA EN RELACIÓN CON LA POBLACIÓN ESTUDIADA
EN CADA ESTUDIO INCLUIDO |
|||||
Estudio |
Año |
Población |
Irisina (ng/ml) |
Rango |
|
Li et al. (7) |
2017 |
Sanos |
24,35 |
± 2,76 |
|
|
|
DBT2 |
16,24 |
± 5,16 |
|
Akour et al. (8) |
2017 |
Obesos |
132,6 |
(110,7-147,8) |
|
|
|
Pre-DBT |
113,7 |
(88,9-142,9) |
|
|
|
DBT2 |
113,7 |
(88,9-142,9) |
|
Akgul et al. (9) |
2019 |
Sanos |
3340 |
± 970 |
|
|
|
DBT2 |
2790 |
± 830 |
|
Ehdaa et al. (10) |
2016 |
Sanos |
650 |
± 150 |
|
|
|
DBT2 |
580 |
± 130 |
|
Ebert et al. (11) |
2016 |
Sanos |
1010 |
(720-1200) |
|
|
|
Pre-DBT (GAA) |
720 |
(500-870) |
|
|
|
Pre-DBT (IGT) |
770 |
(600-960) |
|
|
|
DBT2 |
860 |
(680-1020) |
|
Fukushima et al. (12) |
2016 |
Obesos (Fem.) |
1,2 |
± 0,2 |
|
|
|
Obesos (Masc.) |
1,1 |
± 0,1 |
|
Ates et
al. (13) |
2017 |
Sanos |
4,8 |
- |
|
|
|
DBT1 |
6,8 |
- |
|
Paldilha Bonfante et al. (14) |
2017 |
Obesos |
4,46 |
± 0,06 |
|
|
|
Obesos |
4,07 |
± 0,14 |
|
Belviranli
et al. (15) |
2016 |
Sanos |
493 |
± 89 |
|
|
|
Obesos |
403 |
± 68 |
|
Huh et
al. (16) |
2016 |
DBT2 |
2378 |
(1116-2182) |
|
|
|
DBT2 (incidente) |
1456 |
(1378-3090) |
|
Khidr et
al. (17) |
2017 |
Sanos |
315 |
± 7,24 |
|
|
|
DBT2 |
243 |
± 8,05 |
|
Komosinska- |
2020 |
Sanos |
499 |
(345-628) |
|
|
|
DBT2 (inicio de tto*) |
883 |
(563-1239) |
|
|
|
DBT2 (6 meses de tto*) |
1528 |
(1002-1580) |
|
Park et
al. (19) |
2020 |
Sanos |
175,61 |
± 46,28 |
|
|
|
Pre-DBT |
202,5 |
± 54,67 |
|
|
|
DBT2 |
128,43 |
± 38,24 |
|
Sahin-Efe
et al. (20) |
2017 |
Sanos |
123,6 |
± 12,1 |
|
|
|
Pre-DBT |
124,8 |
± 16,8 |
|
|
|
DBT2 |
172,5 |
± 13,0 |
|
|
|
Obesos |
147 |
± 16,2 |
|
Tarek et
al. (21) |
2021 |
Sanos |
88,43 |
-21,49 |
|
|
|
DBT2 |
66,57 |
-16,25 |
|
Shanaki
et al. (22) |
2017 |
Sanos |
414 |
(270-634) |
|
|
|
DBT2 |
196 |
(132-332) |
|
Shelbaya
et al. (23) |
2018 |
Sanos |
152,6 |
± 39,5 |
|
|
|
DBT2 |
34,4 |
± 15,28 |
|
Tentolouris
et al. (24) |
2018 |
Sanos |
178,1 |
(42,6-641,6) |
|
|
|
DBT1 |
53 |
(35,2-106,3) |
|
Xi et al.
(25) |
2020 |
Sanos |
10,236 |
(8,429-12,403) |
|
|
|
Pre-DBT |
11,434 |
(9,373-13,224) |
|
Xianfa et
al (26) |
2020 |
Sanos |
800,2 |
± 275,6 |
|
|
|
DBT2 |
703,4 |
± 241,5 |
|
Zhang et
al. (27) |
2020 |
Sanos |
7,91 |
± 4,34 |
|
|
|
Obesos |
18,28 |
± 10,9 |
|
|
|
DBT2 (normopeso) |
5,66 |
± 2,92 |
|
|
|
DBT2 (IMC >25) |
10,21 |
± 4,49 |
|
DBT2: diabetes mellitus tipo 2; GAA: glucosa alterada en
ayunas; IGT: intolerancia a la glucosa; Fem: femeninos; Masc: masculinos;
DBT1: diabetes mellitus tipo 1; *tto: tratamiento; IMC: índice de masa corporal. |
|
||||
No
se pudo evaluar el riesgo de sesgo porque las pruebas estadísticas no eran
aplicables al tipo de intervención realizada en las investigaciones. En esta
revisión bibliográfica se utilizó la declaración PRISMA 2020 (28).
Resultados
Inicialmente
se obtuvo un total de 738 artículos. Agregando como filtro todo artículo
primario emitido en los últimos cinco años (2016-2021), se suprimió 654
publicaciones. Se descartaron duplicados y los estudios que no cumplían con los
criterios de inclusión. Además, se eliminaron dos estudios debido a que el
análisis de los datos de los valores de irisina no estaba expresado
correctamente ni analizado de manera clara. De esta forma, se concluye con la
inclusión de 21 artículos (Fig. 1).
Figura 1.
Se
confeccionó una tabla con las características principales de todos los
artículos incluidos en esta revisión (tabla 1). Se consideró importante
identificarlos según el año de realización; país de origen –ya que podría
demostrar tendencias según la etnia–; tipo de estudio; edad de la población
incluida; criterios de inclusión de cada estudio; cantidad de población
estudiada; tipo de DM estudiada, con la clasificación de “no DBT” (población
obesa), pre-DBT o DBT 1 o 2; método de laboratorio utilizado para la medición
de irisina y resultados obtenidos. La decisión de tomar a la población de
pacientes obesos dentro del apelativo “No DBT” es para identificar a este grupo
sin la enfermedad, ya que podrían confundirse con diabéticos obesos. Xi y
colegas (25) realizaron un estudio retrospectivo y prospectivo, donde, tomando
valores de las historias clínicas de los pacientes, realizaron un seguimiento
de los mismos durante tres años. De este estudio se tomó la medición de irisina
al inicio del estudio, ya que no estaban descriptas las mediciones posteriores.
Heterogeneidad
de los estudios
Todos
los estudios fueron de tipo cohorte prospectivo, excepto dos en los cuales se
tuvo en cuenta el historial clínico de la población incluida (11,20). Catorce de los estudios incluidos eran de Asia (7-10,12,13,15,16,19,20,22,25-27), cuatro de Europa (11,18,24), tres de África (17,21,23) y uno de América (14), considerando a los
tres estudios de Turquía de Asia. Todos los estudios incluyeron pacientes
mayores de 18 años. La gran mayoría eran pacientes transitando la quinta década
de vida, en 21 de los 24 artículos tomados. En sólo seis se evaluó a pacientes
menores de 30 años (8,9,13,15,23,24). De la población estudiada, ocho estudios incluyeron obesos en su
grupo de estudios (11-14,15,19,20,27); cinco, pacientes con pre-DBT (8,11,19,20,25) y 15, diabéticos tipo 2 (7-11,16-27). Sólo dos investigaciones evaluaron a los pacientes con DBT1 (13,24). Cabe destacar que se incluyeron dos estudios que no comparan su
grupo de estudio con pacientes sanos, pre-DBT, DBT1 o DBT2, pero se decidió su
inclusión ya que estudiaron los valores de irisina en la población obesa y su
riesgo de DBT2 (12,14).
Unificar
el uso de ELISA como método de laboratorio para medir irisina reduce el riesgo
de sesgo al evaluar el valor de la hormona. Las mediciones se realizaron en
ayunas, sólo un estudio lo mensuró también luego de una prueba de tolerancia
oral a la glucosa con 75 g de glucosa (PTGO 75 g) (12).
Estudio
de los resultados:
Los
datos de laboratorio fueron tomados en ng/ml. Los resultados obtenidos son
dispares. Refiriéndonos a los estudios que evaluaron a la población con DBT2,
12 de ellos evidenciaron una disminución de esta mioquina (7-11,17,19,21-23,26,27), inclusive se hallaron valores aún más bajos en donde estudiaron
estadios avanzados de DBT2 (17,22,23). Sin embargo, en cuatro de las investigaciones la hormona se
encontraba elevada (16,18,20), apartando uno de ellos donde se refiere que en diabéticos normopeso
se encontró disminuida y a su vez aumentada en su población obesa y diabética (27). Todos los estudios citados compararon al grupo estudiado con el
grupo de sanos.
En
el grupo de pre-DBT los resultados fueron controversiales. Respecto de la
población sana, dos estudios mencionan que la irisina se encontró elevada (19,25), mientras que en otro no se modifica (20),
y otros dos refieren una disminución de la misma (8,11).
Mención
aparte merece el grupo con DBT1. Se incluyeron sólo dos estudios que lo
estudian: uno refiere cifras de irisina elevadas (13)
y el otro, disminuidas (24) en relación con la
población sana.
Discusión
Iris
era una diosa de la mitología griega que servía de mensajera entre los dioses.
Esta mioquina toma su nombre ya que es una hormona que maneja la comunicación
de los músculos esqueléticos con otros tejidos (24).
Los resultados aquí obtenidos en esta revisión no fueron concluyentes. La
primera dificultad a la hora de analizar los valores de laboratorio se vio en
la falta de un valor de referencia estadificado como normal en la población
mundial. No se encontraron estudios ni consensos que lo mencionen. Por lo tanto,
el primer interrogante que se advierte es si existe un valor normal de la
irisina, y si este se podría ver modificado por el nivel de actividad física o
de la dieta del individuo.
Los
datos obtenidos de las investigaciones no se pudieron comparar entre sí por la
diferencia en el rango del total obtenido en las mediciones (1,1-3340 ng/ml) (12-9). Por este motivo, se decidió mantener las comparaciones que los
estudios ya mantenían, y sacar conclusiones en base a los resultados obtenidos
en cada uno de ellos.
Como
se mencionó anteriormente, y en respuesta a nuestro objetivo de búsqueda, se
encontró que de la gran mayoría de los 15 estudios que analizó la población con
DBT2, el 80% obtuvo valores bajos en comparación con la población sana. Dato
que se rescata, aunque haya un 26% que la halló elevada. Sin embargo, por los
resultados imparciales obtenidos de los estudios que evaluaron pacientes con
pre-DBT, no se la puede considerar predictora de diabetes.
Ebert
y colaboradores (11) evaluaron si existía una alteración de los niveles de irisina luego
de la PTOG, con el resultado de una disminución de la misma en las cuatro
poblaciones estudiadas, normoglucémicos, pacientes con glucosa en ayudas
alterada, intolerantes a la glucosa y diabéticos tipo 2.
Xi
y colegas (25) realizaron un seguimiento de la población de estudio durante tres
años. En ese tiempo, identificaron que los pacientes con valores elevados de
irisina tuvieron DBT2 o, al menos, cierta intolerancia a la glucosa. Este
resultado se condice con la investigación realizada por Huh y colaboradores (16),
también realizada con un estudio longitudinal, pero con una duración de 2,6
años, describieron que los pacientes con elevada irisina en sangre
desarrollaron DBT2 en el tiempo evaluado. Entonces, a la luz de esta
información y especulando que esta mioquina podría tener un papel crucial en la
homeostasis de la glucosa, se podría aducir que debe administrarse por aumentos
compensatorios, como ya lo mencionan Xi y colegas en su estudio (25). Asimismo, se podría reflexionar a modo de hipótesis que su aumento
se conseguiría sobre la base de una resistencia hacia esta hormona, así como
sucede en el desarrollo normal de DBT2 con la insulina. Por consiguiente, y
desconociendo el momento del diagnóstico de DBT2 en la población cuyo valor de
irisina fue bajo, también se podría apoyar la idea del comportamiento de esta
mioquina como similar al de la insulina, en el sentido de que esta disminución
sería por una fatiga en la secreción de mioquinas del músculo estriado, como
sucede en las células β del páncreas con la insulina.
Con
respecto a los artículos que no compararon su grupo de estudio con población
sana, y evaluaron obesos aparentemente sanos, Fukishima y colegas (12) refieren que la irisina se relaciona positivamente con el modelo
homeostático para evaluar la resistencia a la insulina (HOMA-IR), que evalúa el
nivel de resistencia a la insulina, así como con el peso corporal y el nivel de
glucosa en ayunas. Mientras que Padilha Bonfante (14)
concluye que los pacientes con obesidad y valores de irisina más altos se
relacionaban con IMC más bajos y menos grasa corporal que la población con
obesidad y bajo nivel de la hormona. Posiblemente, los niveles séricos de esta
hormona sí podrían verse afectados por el estilo de vida de los pacientes. Y
relacionando con la hipótesis anteriormente brindada, puede que el aumento de
la hormona se haya realizado de manera compensatoria en pacientes con altos
porcentajes de grasa corporal para contrarrestar sus efectos y activar el
metabolismo.
Un
dato que se considera no menor es que los estudios donde además de la población
considerada en esta revisión se evaluaron los niveles de irisina del grupo con
DBT2 y las alteraciones ya estructurales secundarias a esta enfermedad
evidenciaron que los niveles séricos se encontraban más bajos en comparación
con los pacientes con DBT2 sin alteraciones. Según la reflexión planteada se
podría pensar que se estaría en un estadio donde la secreción de la hormona ya
fue excedida y el músculo ya no es capaz de secretar irisina.
Sólo
dos investigaciones incluyeron en su población de estudio a pacientes con DBT1
(13,24). Por este motivo, no se tienen en cuenta las conclusiones que se
podrían obtener de este grupo.
Cabe
resaltar que sólo un estudio fue realizado en América. Esto podría generar
cierto sesgo genético si se desea extrapolar cierta información brindada en
esta revisión a la población regional.
Conclusión
Aunque
tengamos como resultado una tendencia a evidenciar valores bajos de irisina en
pacientes con DBT2, según los datos obtenidos por esta revisión, no es posible
considerar aún a esta hormona como factor de riesgo de DBT2. Se necesitan más
estudios para evaluar esta función, como también el significado,
metabólicamente hablando, de niveles elevados o bajos de irisina en esta
patología. Asimismo, se precisa ajustar los valores estandarizados por
consensos mundiales para que su medición sea comparable.
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