¿ES LA IRISINA UN INDICADOR TEMPRANO DE DIABETES MELLITUS?

IS IRISIN AN EARLY INDICATOR OF DIABETES MELLITUS?

María Celeste Gregori  0009-0002-9467-4868,1 José A. Pizzorno  0009-0007-1651-0952,2 María José Pizzorno Villalba  0009-0007-1055-36363

1 Médica egresada de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)

2 Profesor Titular, Cátedra de Fisiología Humana I, Carrera de Medicina. Profesor Titular de Anatomía y Fisiología Patológicas (Semiotecnia y Fisiopatología), carrera de Medicina.

3 Jefe de Trabajos Prácticos (JTP) de Anatomía y Fisiología Patológicas (Semiotecnia y Fisiopatología), carrera de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

AUTORA PARA CORRESPONDENCIA

Celeste Gregori. M. Moreno 1240, Corrientes (capital), provincia de Corrientes, Argentina. Correo electrónico: celestegregori97@gmail.com

Los autores manifiestan no poseer conflictos de intereses.

 

 

Resumen

La irisina es una hormona polipeptídica secretada por el músculo que activa la función termogénica en los tejidos adiposos. Su pardeamiento genera efectos que pueden afectar la homeostasis de la glucosa. Se realizó una revisión bibliográfica de estudios donde se midieron los niveles de irisina en sangre por ELISA en pacientes con prediabetes, diabetes mellitus u obesidad. Los términos clave fueron: “(irisin) AND (diabetes)”. La búsqueda se realizó en Pubmed, Lilacs y Epistemonikos. Se incluyeron 21 artículos. Los resultados obtenidos son dispares. No existe un valor de referencia de irisina estadificado como normal. Los datos de las investigaciones no se pudieron comparar entre sí. En los diabéticos tipo 2, el 80% obtuvo valores bajos en comparación con la población sana. No se consideran relevantes las conclusiones de los demás grupos. No es posible considerar esta hormona como predictora de diabetes. Se necesitan más estudios para evaluar esta función.   

Palabras clave. irisina, músculo esquelético, prediabetes, diabetes, obesidad.

 

Abstract

Irisin is a polypeptide hormone secreted by the muscle that activates the thermogenic function in adipose tissues, generating browning effects, which can affect glucose homeostasis. A bibliogra-
phical review of studies was carried out where irisin levels in blood were measured by ELISA in patients with prediabetes, diabetes mellitus, or obesity. The key terms used in the search were “(irisin) AND (diabetes)”. In: Pubmed, Lilacs, and Epistemonikos. 21 articles were included. The results obtained are disparate. There is no reference value for irisin staged as normal. The data from the investigations could not be compared with each other. In type 2 diabetes patients, 80% obtained low values compared to the healthy population. The conclusions of the other groups are not considered relevant. It is not possible to consider this hormone a predictor of diabetes. Further studies are needed to evaluate this function.

Key words. Irisin, skeletal muscle, prediabetes, diabetes, obesity.

 

DOI: 10.61222/ram.v11i4.902

 

 

 

Introducción

 

En la Argentina, según datos de la cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de 2018, anualmente se registran alrededor de 9000 muertes vinculadas a diabetes mellitus (DM) y el 72,4% de las mismas ocurren entre los 55 y los 84 años. La prevalencia de glucemia elevada o diabetes por autorreporte en la población adulta es de 12,7% (1). Este aumento significativo en relación con los años anteriores está en consonancia con el marcado crecimiento del exceso de peso, uno de los principales factores de riesgo para DM y que hoy alcanza al 61,6% de la población (2).

Varios investigadores han intentado describir las diferentes vías sobre cómo se relaciona la obesidad con la DM. En 2012, Boström y colaboradores (3) descubrieron una nueva mioquina, la irisina, una hormona polipeptídica secretada por el músculo a la sangre que activa la función termogénica en los tejidos adiposos, lo que genera efectos en el pardeamiento de ciertos tejidos adiposos blancos (TAB). Se forma como producto de la fibronectina tipo III teniendo en su dominio la proteína 5 (FNDC5), y es inducida por el receptor activado por proliferador de peroxisomas γ (PPARγ) y el coactivador transcripcional 1 a (PGC-1α) en el músculo esquelético (4). Esta pasa a la circulación y actúa sobre los preadipocitos específicos dentro del TAB (que responderían a estímulos para UCP1, a diferencia de los que quedan blancos, sin posibilidad de responder), modifica su desarrollo y pardiza las células al activar la programación celular para desarrollar su capacidad termogénica (5).

Distintos estudios han mostrado que los cambios en la actividad del tejido adiposo pardo (TAP) pueden afectar la termogénesis y la homeostasis de la glucosa (4). El adipocito, el tejido adiposo y las grasas circulantes cumplen un papel trascendente en la maquinaria metabólica, y es notable cómo la disfunción adipocitaria influye sobre el resto de los órganos, principalmente los del “triunvirato de DeFronzo: músculo, hígado y célula beta” (5).

En 2013 Liu y colaboradores (6) reportaron que las concentraciones plasmáticas de irisina son significativamente menores en los diabéticos tipo 2, y una relación positiva entre las concentraciones de irisina y el índice de masa corporal (IMC), la pérdida de peso y la sensibilidad a la insulina, lo cual sugiere que la irisina puede jugar un papel crucial en la intolerancia a la glucosa y la DM tipo 2. Este fue el primer estudio realizado donde se cuestionó que esta hormona podría tener un papel predictor de DM. Dado que estamos hablando de una hormona recientemente descubierta, cuya relevancia en el metabolismo aún se encuentra en estudio, nos pusimos como meta realizar una revisión bibliográfica de estudios donde se midieron los niveles de irisina en sangre en pacientes con prediabetes, DM u obesidad. El fin fue identificar si existe una alteración de las concentraciones plasmáticas de la misma, y si esta puede servir como predictor para el diagnóstico temprano o la prevención de DM.

 

 

Materiales y métodos de estudio

 

Estrategia de búsqueda:

Se realizó una búsqueda exhaustiva utilizando como términos clave “(irisin) AND (diabetes)”. Se pesquisó en las siguientes fuentes de base de datos: Pubmed, Lilacs y Epistemonikos. No se realizó ninguna restricción de idioma ni de población. La búsqueda fue realizada entre el 13 y el 20 de junio de 2021, inclusive.

 

Selección de estudios:

Se realizó un análisis inicial evaluando título y resumen de acuerdo con nuestros criterios. Se incluyó todo estudio que contuviera evaluación de la concentración de irisina en sangre por la técnica de laboratorio ELISA en pacientes con prediabetes, diabetes tipo 1 y 2, y obesidad, ya que esta última condición es un factor de riesgo de DM. Para el diagnóstico de dichas enfermedades se consideraron los criterios de la OMS.

Todos los estudios mencionan la aceptación del comité de ética de referencia. Se excluyeron todas las investigaciones que abarcaban DM gestacional y en donde la medición se realizó con el fin de valorar riesgos cardiovasculares.

La información se tomó mediante  s de extracción de datos para recabar las características del estudio (tabla 1). Dentro de la información obtenida, evaluamos los valores de irisina séricos de cada población estudiada, y se confeccionó otra tabla de resumen de datos (tabla 2).

 

TABLA 1. CARACTERÍSTICAS DE LOS ESTUDIOS INCLUIDOS

Autor

Año

País

Tipo de estudio

Edad

Criterios de inclusión

 

Tamaño de la muestra

No DBT/ pre-DBT / DBT1 / DBT2

Método

Resultado

Li et al. (7)

2017

China

Cohorte prospectivo

37-64 años

Sanos y DBT2 sin medicación previa y sin comorbilidades.

462

DBT2

ELISA

Valores bajos de irisina en pacientes con DBT2.

Akour et al. (8)

2017

Jordania

Cohorte prospectivo

>18 años

Pacientes obesos sanos y con pre-DBT y DBT2 sin tratamiento ni comorbilidades.

195

Pre-DBT y DBT2

ELISA

Valores bajos de irisina en pre-DBT y DBT2.

Akgul et al. (9)

2019

Turquía

Cohorte prospectivo

26-55 años

Sanos y DBT2 sin tratamiento previo y sin otras patologías.

90

DBT2

ELISA

Valores séricos más bajos en la DBT2.

Ehdaa et al. (10)

2020

Arabia Saudita

Cohorte prospectivo

40-80 años

Sanos y diabéticos, con o sin alteraciones macrovasculares.

138

DBT2

ELISA

Valores séricos bajos en pacientes con DBT2.

Ebert et al. (11)

2016

Alemania

Cohorte retrospectivo y prospectivo

34-60 años

Provenientes de la población autónoma de los sorbos.

136

No DBT, pre-DBT y DBT2

ELISA En ayunas y luego de PTGO 75 g

Valores bajos en pre-DBT, más que en la DBT2, en relación con la población sana. Disminuye en la PTOG en todos los casos.

Fukushima et al. (12)

2016

Japón

Cohorte prospectivo

31-59 años

Obesidad no tratada y sin medicación previa.

66

No DBT

ELISA

Correlación positiva de la irisina con HOMA-IR

Ates et al. (13)

2017

Turquía

Cohorte prospectivo

20-38 años

Sanos y con DBT1 sedentarios y sin otras patologías.

71

No DBT Y DBT1

ELISA

Niveles altos en pacientes con DBT1.

Padilha

Bonfante et al. (14)

2017

Brasil

Cohorte prospectivo

42-52 años

Hombres obesos sin patologías ni medicados.

20

No DBT

ELISA

Los pacientes con bajo riesgo de DBT2 y  mejor perfil metabólico tenían niveles de irisina más altos.

Belviranli et al. (15)

2016

Turquía

Cohorte prospectivo

18-50 años

Mujeres sanas y con obesidad, sin otras patologías ni medicaciones.

20

No DBT

ELISA

Bajas en pacientes obesos.

Huh et al. (16)

2016

Corea

Cohorte prospectivo

40-70 años

Diabéticos no tratados y sanos que desarrollaron DBT2 durante el periodo de seguimiento.

170

DBT2

ELISA

Elevada en sujetos

que desarrollaron DBT2 durante el seguimiento.

Khidr et al. (17)

2017

Egipto

Cohorte prospectivo

46-51 años

Sanos y diabéticos tipo 2.

150

DBT2

ELISA

Niveles séricos bajos en DBT2, más aún en pacientes con complicaciones por DBT2.

Komosinska-
Vassev et al. (
18)

2020

Polonia

Cohorte prospectivo

47-72 años

Sanos y diabéticos tipo 2. (medición a grupo DBT2 al inicio y a los 6 meses de tratamiento con metformina)

60

DBT2

ELISA

Niveles elevados en DBT2 pre-tto y aún más luego de la toma de metformina.

Park et al. (19)

2020

Corea

Cohorte

prospectivo

41-69 años

Pacientes sanos, con intolerancia a la glucosa y con DBT2 sin daño renal.

126

No DBT, Pre DBT y DBT2

ELISA

Aumenta en pre-DBT pero disminuye en la DBT2, en relación con los sanos.

Sahin-Efe et al. (20)

2017

Corea

Cohorte retrospectivo y prospectivo

60-79 años

Pacientes sanos, con obesidad y con diagnóstico de DBT2

261

No DBT, pre-DBT y DBT2

ELISA

Niveles elevados en el grupo de obesos y de diabéticos.

 

Tarek et al. (21)

2021

Egipto

Cohorte prospectivo

39-47 años

Pacientes sin DBT y con DBT2 recién diagnosticada.

120

DBT2

ELISA

Niveles bajos en el grupo de DBT2.

 

Shanaki et al. (22)

2017

Irán

Cohorte prospectivo

41-71 años

Pacientes sanos, masculinos con DBT2 con o sin NAFLD, sin otra patología ni alcoholismo.

162

DBT2

ELISA

Correlación negativa con el IMC, grasa visceral, HOMA-IR. Niveles bajos en pacientes DBT2.

 

Shelbaya et al. (23)

2018

Egipto

Cohorte prospectivo

20-75 años

Diabéticos con y sin nefropatía y pacientes sanos.

90

DBT2

ELISA

Niveles bajos en los diabéticos, más en ND.

 

Tentolouris et al. (24)

2018

Grecia

Cohorte prospectivo

26-50 años

Pacientes sanos y con DBT1.

122

DBT1

ELISA

Niveles bajos en diabéticos.

 

Xi et al. (25)

2020

China

Cohorte retrospectivo  y prospectivo

52-66 años

Pacientes recién diagnosticados con prediabetes y sanos.

322

Pre-DBT

ELISA

Los niveles altos de irisina indican mayor riesgo a DBT2.

 

Xianfa et al. (26)

2020

China

Cohorte prospectivo

62-72 años

Pacientes con DBT2 y sanos.

142

DBT2

ELISA

Niveles de irisina más bajos en diabéticos.

 

Zhang et al. (27)

2020

China

Cohorte prospectivo

30-50 años

Pacientes con IMC >25, con o sin DBT2, sin medicamentos y otras patologías; y sanos.

740

No DBT y DBT2

ELISA

Niveles de irisina bajos en diabéticos normopeso en relación con grupo con >IMC.

 

DBT: diabetes mellitus; DBT1: diabetes mellitus tipo 1; DBT2: diabetes mellitus tipo 2; PTGO 75 g: prueba de tolerancia oral a la glucosa 75 g; HOMA-IR: índice de resistencia a la insulina; HbA1C: hemoglobina glucosilada; IMC: índice de masa corporal; NAFLD: enfermedad del hígado graso no alcohólico; ND: nefropatía diabética.

 

 

TABLA 2. RESUMEN DE VALORES SÉRICOS DE IRISINA EN RELACIÓN CON LA POBLACIÓN ESTUDIADA EN CADA ESTUDIO INCLUIDO

Estudio

Año

Población

Irisina (ng/ml)

Rango

Li et al. (7)

2017

Sanos

24,35

± 2,76

 

 

DBT2

16,24

± 5,16

Akour et al. (8)

2017

Obesos

132,6

(110,7-147,8)

 

 

Pre-DBT

113,7

(88,9-142,9)

 

 

DBT2

113,7

(88,9-142,9)

Akgul et al. (9)

2019

Sanos

3340

± 970

 

 

DBT2

2790

± 830

Ehdaa et al. (10)

2016

Sanos

650

± 150

 

 

DBT2

580

± 130

Ebert et al. (11)

2016

Sanos

1010

(720-1200)

 

 

Pre-DBT (GAA)

720

(500-870)

 

 

Pre-DBT (IGT)

770

(600-960)

 

 

DBT2

860

(680-1020)

Fukushima et al. (12)

2016

Obesos (Fem.)

1,2

± 0,2

 

 

Obesos (Masc.)

1,1

± 0,1

Ates et al. (13)

2017

Sanos

4,8

-

 

 

DBT1

6,8

-

Paldilha Bonfante et al. (14)

2017

Obesos

4,46

± 0,06

 

 

Obesos

4,07

± 0,14

Belviranli et al. (15)

2016

Sanos

493

± 89

 

 

Obesos

403

± 68

Huh et al. (16)

2016

DBT2

2378

(1116-2182)

 

 

DBT2 (incidente)

1456

(1378-3090)

Khidr et al. (17)

2017

Sanos

315

± 7,24

 

 

DBT2

243

± 8,05

Komosinska-
Vassey et al. (
18)

2020

Sanos

499

(345-628)

 

 

DBT2 (inicio de tto*)

883

(563-1239)

 

 

DBT2 (6 meses de tto*)

1528

(1002-1580)

Park et al. (19)

2020

Sanos

175,61

± 46,28

 

 

Pre-DBT

202,5

± 54,67

 

 

DBT2

128,43

± 38,24

Sahin-Efe et al. (20)

2017

Sanos

123,6

± 12,1

 

 

Pre-DBT

124,8

± 16,8

 

 

DBT2

172,5

± 13,0

 

 

Obesos

147

± 16,2

Tarek et al. (21)

2021

Sanos

88,43

-21,49

 

 

DBT2

66,57

-16,25

Shanaki et al. (22)

2017

Sanos

414

(270-634)

 

 

DBT2

196

(132-332)

Shelbaya et al. (23)

2018

Sanos

152,6

± 39,5

 

 

DBT2

34,4

± 15,28

Tentolouris et al. (24)

2018

Sanos

178,1

(42,6-641,6)

 

 

DBT1

53

(35,2-106,3)

Xi et al. (25)

2020

Sanos

10,236

(8,429-12,403)

 

 

Pre-DBT

11,434

(9,373-13,224)

Xianfa et al (26)

2020

Sanos

800,2

± 275,6

 

 

DBT2

703,4

± 241,5

Zhang et al. (27)

2020

Sanos

7,91

± 4,34

 

 

Obesos

18,28

± 10,9

 

 

DBT2 (normopeso)

5,66

± 2,92

 

 

DBT2 (IMC >25)

10,21

± 4,49

DBT2: diabetes mellitus tipo 2; GAA: glucosa alterada en ayunas; IGT: intolerancia a la glucosa; Fem: femeninos; Masc: masculinos; DBT1: diabetes mellitus tipo 1; *tto: tratamiento; IMC: índice de masa corporal.

 

 

No se pudo evaluar el riesgo de sesgo porque las pruebas estadísticas no eran aplicables al tipo de intervención realizada en las investigaciones. En esta revisión bibliográfica se utilizó la declaración PRISMA 2020 (28).

 

 

Resultados

 

Inicialmente se obtuvo un total de 738 artículos. Agregando como filtro todo artículo primario emitido en los últimos cinco años (2016-2021), se suprimió 654 publicaciones. Se descartaron duplicados y los estudios que no cumplían con los criterios de inclusión. Además, se eliminaron dos estudios debido a que el análisis de los datos de los valores de irisina no estaba expresado correctamente ni analizado de manera clara. De esta forma, se concluye con la inclusión de 21 artículos (Fig. 1).

 

Figura 1.

 

Se confeccionó una tabla con las características principales de todos los artículos incluidos en esta revisión (tabla 1). Se consideró importante identificarlos según el año de realización; país de origen –ya que podría demostrar tendencias según la etnia–; tipo de estudio; edad de la población incluida; criterios de inclusión de cada estudio; cantidad de población estudiada; tipo de DM estudiada, con la clasificación de “no DBT” (población obesa), pre-DBT o DBT 1 o 2; método de laboratorio utilizado para la medición de irisina y resultados obtenidos. La decisión de tomar a la población de pacientes obesos dentro del apelativo “No DBT” es para identificar a este grupo sin la enfermedad, ya que podrían confundirse con diabéticos obesos. Xi y colegas (25) realizaron un estudio retrospectivo y prospectivo, donde, tomando valores de las historias clínicas de los pacientes, realizaron un seguimiento de los mismos durante tres años. De este estudio se tomó la medición de irisina al inicio del estudio, ya que no estaban descriptas las mediciones posteriores.

 

Heterogeneidad de los estudios

Todos los estudios fueron de tipo cohorte prospectivo, excepto dos en los cuales se tuvo en cuenta el historial clínico de la población incluida (11,20). Catorce de los estudios incluidos eran de Asia (7-10,12,13,15,16,19,20,22,25-27), cuatro de Europa (11,18,24), tres de África (17,21,23) y uno de América (14), considerando a los tres estudios de Turquía de Asia. Todos los estudios incluyeron pacientes mayores de 18 años. La gran mayoría eran pacientes transitando la quinta década de vida, en 21 de los 24 artículos tomados. En sólo seis se evaluó a pacientes menores de 30 años (8,9,13,15,23,24). De la población estudiada, ocho estudios incluyeron obesos en su grupo de estudios (11-14,15,19,20,27); cinco, pacientes con pre-DBT (8,11,19,20,25) y 15, diabéticos tipo 2 (7-11,16-27). Sólo dos investigaciones evaluaron a los pacientes con DBT1 (13,24). Cabe destacar que se incluyeron dos estudios que no comparan su grupo de estudio con pacientes sanos, pre-DBT, DBT1 o DBT2, pero se decidió su inclusión ya que estudiaron los valores de irisina en la población obesa y su riesgo de DBT2 (12,14).

Unificar el uso de ELISA como método de laboratorio para medir irisina reduce el riesgo de sesgo al evaluar el valor de la hormona. Las mediciones se realizaron en ayunas, sólo un estudio lo mensuró también luego de una prueba de tolerancia oral a la glucosa con 75 g de glucosa (PTGO 75 g) (12).

 

Estudio de los resultados:

Los datos de laboratorio fueron tomados en ng/ml. Los resultados obtenidos son dispares. Refiriéndonos a los estudios que evaluaron a la población con DBT2, 12 de ellos evidenciaron una disminución de esta mioquina (7-11,17,19,21-23,26,27), inclusive se hallaron valores aún más bajos en donde estudiaron estadios avanzados de DBT2 (17,22,23). Sin embargo, en cuatro de las investigaciones la hormona se encontraba elevada (16,18,20), apartando uno de ellos donde se refiere que en diabéticos normopeso se encontró disminuida y a su vez aumentada en su población obesa y diabética (27). Todos los estudios citados compararon al grupo estudiado con el grupo de sanos.

En el grupo de pre-DBT los resultados fueron controversiales. Respecto de la población sana, dos estudios mencionan que la irisina se encontró elevada (19,25), mientras que en otro no se modifica (20), y otros dos refieren una disminución de la misma (8,11).

Mención aparte merece el grupo con DBT1. Se incluyeron sólo dos estudios que lo estudian: uno refiere cifras de irisina elevadas (13) y el otro, disminuidas (24) en relación con la población sana.

 

 

Discusión

 

Iris era una diosa de la mitología griega que servía de mensajera entre los dioses. Esta mioquina toma su nombre ya que es una hormona que maneja la comunicación de los músculos esqueléticos con otros tejidos (24). Los resultados aquí obtenidos en esta revisión no fueron concluyentes. La primera dificultad a la hora de analizar los valores de laboratorio se vio en la falta de un valor de referencia estadificado como normal en la población mundial. No se encontraron estudios ni consensos que lo mencionen. Por lo tanto, el primer interrogante que se advierte es si existe un valor normal de la irisina, y si este se podría ver modificado por el nivel de actividad física o de la dieta del individuo.

Los datos obtenidos de las investigaciones no se pudieron comparar entre sí por la diferencia en el rango del total obtenido en las mediciones (1,1-3340 ng/ml) (12-9). Por este motivo, se decidió mantener las comparaciones que los estudios ya mantenían, y sacar conclusiones en base a los resultados obtenidos en cada uno de ellos.

Como se mencionó anteriormente, y en respuesta a nuestro objetivo de búsqueda, se encontró que de la gran mayoría de los 15 estudios que analizó la población con DBT2, el 80% obtuvo valores bajos en comparación con la población sana. Dato que se rescata, aunque haya un 26% que la halló elevada. Sin embargo, por los resultados imparciales obtenidos de los estudios que evaluaron pacientes con pre-DBT, no se la puede considerar predictora de diabetes.

Ebert y colaboradores (11) evaluaron si existía una alteración de los niveles de irisina luego de la PTOG, con el resultado de una disminución de la misma en las cuatro poblaciones estudiadas, normoglucémicos, pacientes con glucosa en ayudas alterada, intolerantes a la glucosa y diabéticos tipo 2.

Xi y colegas (25) realizaron un seguimiento de la población de estudio durante tres años. En ese tiempo, identificaron que los pacientes con valores elevados de irisina tuvieron DBT2 o, al menos, cierta intolerancia a la glucosa. Este resultado se condice con la investigación realizada por Huh  y colaboradores (16), también realizada con un estudio longitudinal, pero con una duración de 2,6 años, describieron que los pacientes con elevada irisina en sangre desarrollaron DBT2 en el tiempo evaluado. Entonces, a la luz de esta información y especulando que esta mioquina podría tener un papel crucial en la homeostasis de la glucosa, se podría aducir que debe administrarse por aumentos compensatorios, como ya lo mencionan Xi y colegas en su estudio (25). Asimismo, se podría reflexionar a modo de hipótesis que su aumento se conseguiría sobre la base de una resistencia hacia esta hormona, así como sucede en el desarrollo normal de DBT2 con la insulina. Por consiguiente, y desconociendo el momento del diagnóstico de DBT2 en la población cuyo valor de irisina fue bajo, también se podría apoyar la idea del comportamiento de esta mioquina como similar al de la insulina, en el sentido de que esta disminución sería por una fatiga en la secreción de mioquinas del músculo estriado, como sucede en las células β del páncreas con la insulina.

Con respecto a los artículos que no compararon su grupo de estudio con población sana, y evaluaron obesos aparentemente sanos, Fukishima y colegas (12) refieren que la irisina se relaciona positivamente con el modelo homeostático para evaluar la resistencia a la insulina (HOMA-IR), que evalúa el nivel de resistencia a la insulina, así como con el peso corporal y el nivel de glucosa en ayunas. Mientras que Padilha Bonfante (14) concluye que los pacientes con obesidad y valores de irisina más altos se relacionaban con IMC más bajos y menos grasa corporal que la población con obesidad y bajo nivel de la hormona. Posiblemente, los niveles séricos de esta hormona sí podrían verse afectados por el estilo de vida de los pacientes. Y relacionando con la hipótesis anteriormente brindada, puede que el aumento de la hormona se haya realizado de manera compensatoria en pacientes con altos porcentajes de grasa corporal para contrarrestar sus efectos y activar el metabolismo.

Un dato que se considera no menor es que los estudios donde además de la población considerada en esta revisión se evaluaron los niveles de irisina del grupo con DBT2 y las alteraciones ya estructurales secundarias a esta enfermedad evidenciaron que los niveles séricos se encontraban más bajos en comparación con los pacientes con DBT2 sin alteraciones. Según la reflexión planteada se podría pensar que se estaría en un estadio donde la secreción de la hormona ya fue excedida y el músculo ya no es capaz de secretar irisina.

Sólo dos investigaciones incluyeron en su población de estudio a pacientes con DBT1 (13,24). Por este motivo, no se tienen en cuenta las conclusiones que se podrían obtener de este grupo.

Cabe resaltar que sólo un estudio fue realizado en América. Esto podría generar cierto sesgo genético si se desea extrapolar cierta información brindada en esta revisión a la población regional.

 

 

Conclusión

 

Aunque tengamos como resultado una tendencia a evidenciar valores bajos de irisina en pacientes con DBT2, según los datos obtenidos por esta revisión, no es posible considerar aún a esta hormona como factor de riesgo de DBT2. Se necesitan más estudios para evaluar esta función, como también el significado, metabólicamente hablando, de niveles elevados o bajos de irisina en esta patología. Asimismo, se precisa ajustar los valores estandarizados por consensos mundiales para que su medición sea comparable.

 

 

Referencias bibliográficas

 

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